sábado, 6 de octubre de 2012

Goodbye Catalonia, Goodbye!



Yo creía que España era otra cosa. Un gran país, por supuesto. El primer Estado moderno de Europa. La primera nación llamada a identificarse como tal en la Historia. Tanto, que pudo salir a descubrir medio mundo y dotarlo de infraestructuras, de escuelas, de puertos y ciudades, de mercados y plazas, cuando otros seguían enfrascados en las fronteras feudales de antaño. Pero, sobre todo, un país nacido de un entendimiento: el de que su historia común exigía un futuro común como aspiración de un futuro mejor.

Sin embargo, quinientos años juntos, hoy, parece que no bastan para decidir qué dirección es la adecuada. Y la duda se formula rodeada, casi sitiada, por altas murallas de angustia derivadas de una situación de crisis económica que no recuerdan ni los más viejos del lugar.

"Me estás quitando demasiado y yo ahora lo necesito para mí", viene a ser, en el fondo, el planteamiento que subyace en las algaradas soberanistas del Sr. Mas y los que comparten pancarta. Luego está todo lo demás: la nación, la historia, la lengua y el huevo de Colón. Pero de primeras dadas, a lo que suena es a pura y dura renuncia a la solidaridad, a queja de hermano rico que quiere seguir siéndolo aunque el resto de la familia se haya quedado en el paro. Y claro, eso queda feo en cualquier foto, máxime cuando otros hermanos tanto o más ricos siguen dispuestos a ayudar a toda costa, aunque eso les suponga pasarlo peor.

Sería absurdo, en cualquier caso, desoír esa protesta; olvidar que el puñetazo en la mesa que se quiere dar por algunos, por más indebido que pueda parecernos, sigue siendo un puñetazo y no un repiquetear con las yemitas de los dedos. Porque despreciar los hechos e ignorar las realidades es demasiado peligroso cuando se juega algo verdaderamente importante. Y quinientos años de historia parece que no son una cuestión insignificante. Y menos si, como decimos, sin esa historia común difícilmente se entendería la de una parte muy importante de nuestro planeta.

Lo preocupante, sin embargo, es comprender que la sensación de hastío empieza a ser bidireccional. O termina de serlo. Porque cuando uno oye constantemente que si estás abusando de mí o que si tú eres un vago y yo soy el que trabaja o que no me entiendes ni respetas pero me importa una higa lo que tú seas, resulta justo y necesario y perfectamente lógico que se te hinchen las narices y quieras mandar a quien te dice tales lindeces a algún lugar cacofónico y lejano. Y zanjar ya de una vez el tema para que puedas seguir compartiendo mesa y mantel con alguien que sí quiera seguir disfrutando de tu compañía.

Y de ahí hay poco a salir tú también a la calle con una pancarta bien grande que diga "Goodbye Catalonia, Goodbye!".

Pero flaco favor nos haríamos unos y otros si aceptáramos esa solución. Como poco, nos quedaríamos sin ver jugar al Barça en la liga, lo que ya de por sí es una pena... Y el Ave Madrid-Barcelona habría que repensarlo, sin duda, al menos en cuanto a las frecuencias y a si es necesario algún tipo de parada en la frontera, para que se note que se cruza. Y qué decir de los que tenemos tantos apellidos catalanes pero nacimos y vivimos en el resto de España (bueno, en ese supuesto ya no sería "el resto", sino simplemente España)... ¿Tendríamos la doble nacionalidad por ius sanguinis o seríamos apátridas allí y aquí?

En fin, las preguntas se agolpan sin respuesta, como lo hacen cuando te encuentras en un cruce de caminos y decides –o te deciden- nada menos que romper el mapa y empezar de cero, como si todo lo ya recorrido no sirviera para nada; como si el destino ya no importase porque, de repente, tenemos varios en mente. Por eso, que en esta hora inquieta nadie nos nuble ni nos agite aún más de lo que estamos y que las pancartas se queden por una vez en casa y salgamos sin más tranquilamente a pasear. De la mano –que siempre es más tierno- o por libre y sin mirarnos a la cara… Pero que nadie venga después a quejarse, porque nada de lo que dejas atrás es indiferente a tu futuro.


2 comentarios:

  1. Adeu Catalunya? Collons!!
    Bormbardear Barcelona.....y se acabo!
    Y si me apuras con una pareja de la benemerita basta, que históricamente se ha visto el aparato testicular de estos comerciantes!!

    ResponderEliminar
  2. Alemania indePendiente no es viable, ni con sus 80 mmillones de habitantes, ni su peso industrial y comercial. España sola es mucho menos viable y Cataluña no es nada viable porque les guste o no el 95% de lo que producen lo venden en España y eso es algo que se les olvida a menudo.
    Y estE circo de "trátame bien que si no me independizo" ya no cuela, sobre todo cuando 5 minutos antes has tenido que mendigar al gobierno central para pagar a tu s funcionarios.
    Por otro lado, despues de pasarse 20 años diciendo que España les roba, les va a resultar muy difícil explcarle a sus parroquianos que no pueden pagarles ni los intereses de los bonos patrióticos que emitieron.
    EN FIN, QUE SEGUIMOS EN EL ESPERPENTO DE VALLE INCLAN.

    ResponderEliminar